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Cada tipo de auricular tiene su propio diseño y modo de interactuar con la oreja, lo que afecta tanto la comodidad como el rendimiento acústico.
Estos auriculares se introducen en el canal auditivo, logrando un aislamiento superior al bloquear el ruido externo. Existen modelos clásicos de tipo botón, que no sellan completamente el canal auditivo, y los de inserción, que sí lo sellan y ofrecen mayor aislamiento, lo que los hace ideales para ambientes ruidosos.
Conocidos también como circumaurales, rodean completamente la oreja. Son los favoritos en estudios de grabación y mezclas profesionales, ya que ofrecen una reproducción de sonido natural y precisa. Al ser cerrados, bloquean el ruido de manera efectiva, y al ser abiertos, ofrecen un sonido más natural y ventilado.
Apoyan directamente sobre la oreja, en lugar de rodearla. Aunque su aislamiento es menor, son más livianos y portátiles, lo que los hace ideales para dispositivos móviles.
Indica el rango de sonido que los auriculares pueden reproducir. El oído humano percibe de 20 Hz a 20,000 Hz; los modelos de alta gama pueden ampliar este rango, ofreciendo un sonido más completo.
Un valor bajo de distorsión garantiza que el sonido se reproduzca sin alteraciones no deseadas, logrando una experiencia fiel al audio original.
La impedancia afecta el nivel de volumen y calidad de sonido que se puede obtener. Auriculares con alta impedancia son recomendables para estudios, mientras que los de baja impedancia funcionan bien con dispositivos portátiles.
Cada persona tiene necesidades específicas en cuanto a calidad, portabilidad, y aislamiento de sonido. Tomarse el tiempo para analizar las características de los auriculares y elegir el modelo que mejor se adapte al uso diario puede marcar una gran diferencia en la experiencia auditiva.